El ganado guanil

Apañada de cabras en San Juan de Sisetoto, Fuerteventura (fuente: Revista BienMeSabe).

Caliente aún en los medios de comunicación y redes sociales la polémica medida adoptada por el Cabildo de Gran Canaria consistente en exterminar las cabras guaniles de ciertos espacios naturales protegidos de la Isla, nos ocupamos aquí del origen de un término tan autóctono.

En efecto, nos encontramos ante un antiguo vocablo indígena que designa al ganado carente aún de marcas pastoriles y, por extensión, al que vive asilvestrado.

Periódicamente, en una práctica aún en uso en Canarias, los pastores dejaban libre el ganado sin marcar para, posteriormente, realizar una apañada[1]LORENZO (2006). o recogida selectiva y proceder al marcado de las cabezas mediante incisión en una o las dos orejas del animal. Estos cortes se denominan teberitepalabra también de etimología amazige.[2]REYES (2012).

Pero, ¿cuál es el registro más antiguo conocido, referido a Canarias, del vocablo que nos ocupa?

Tenemos que remontarnos al intervalo 1426-1430 para encontrar la primera referencia a este singular ganado en una carta sin fechar en la que Enrique de Guzmán, II conde de Niebla y II señor de las islas de Canaria, a petición del gobernador del Señorío, Maciot de Béthencourt, sobrino del conquistador Jehan IV de Béthencourt, se compromete a respetar el derecho de los isleños a la propiedad y explotación de dichos animales:

Otrosí, por cuanto me es hecha relación por el dicho mosén Maciot que en mis islas de Lanzarote y Fuerteventura y El Hierro se crían algunos ganados sin señal que es llamado, según nombre de la tierra, guanire, el cual ganado dice que queda algunos años por señalar, por algunos embargos que sus dueños han de algunas cosas que son cumplideras a mi servicio y porque el dicho mosén Maciot me dijo que os receláis de que en algún tiempo yo podría hacer merced de tales ganados a algunas personas especiales, de lo cual dice que se seguiría a vosotros gran daño, por ende, yo, por hacer merced a todos mis vasallos que en las dichas mis islas vivieseis y moraseis, y vivieseis y moraseis de aquí en adelante, y porque me lo pidió así por merced el dicho mosén Maciot, os hago merced de todo el dicho ganado que ahora se cría en las dichas islas y se criare de aquí en adelante sin señal como dicho es, y por esta mi carta os prometo a buena fe de nunca hacer merced de dicho ganado a persona alguna que sea, pues mi voluntad es que vosotros lo hayáis y os podáis de ello aprovechar, así como de las otras cosas vuestras propias, fuera del ganado de Fandía, del que tengo hecha merced al dicho mosén Maciot. Yo el conde.

Pesquisa de Cabitos –AZNAR (1990), pp. 150-152– (readaptación del castellano antiguo por PROYECTO TARHA).

Antonio M. López Alonso

Referencias

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