Esenciales (III): Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria

Portada de la edición de 1848 de la Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria, de fray Juan de Abreu Galindo (fuente: Memoria Digital de Canarias).

Bien es verdad que muchos han afirmado decir algo de estas islas; pero de ello escogieron aquello que a su materia convenía, y algunos de ellos, por no tener entera noticia de ellas, pasaron sucintamente, y aunque lo que dijeron fue muy poco, […] ha sido grande argumento para dar a entender que no era de tan bajos quilates el renombre de las islas de Canaria[…].

Fray Juan de Abreu Galindo (Prólogo a la Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria) –Edición de 1848–


Dejando poco margen a la duda, quizá sea esta la obra más conocida e influyente de la historiografía canaria.

(Artículo ampliado y corregido el 10 de diciembre de 2023)

Escrita probablemente a finales del siglo XVI por Juan de Abreu Galindo, un supuesto fraile franciscano andaluz, la conocida como Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria tiene el honor de ser el primer trabajo erudito conocido que versa sobre la historia antigua de las Islas Canarias. Y ello es así porque su autor despliega un conocimiento vasto y magistral en todas y cada una de sus páginas, no solo de la materia principal tratada, sino también de los clásicos griegos y romanos, como Plinio el Viejo, Solino o Tolomeo, y de otros autores más o menos contemporáneos, como Pedro de Luján y Antonio de Nebrija, de quienes compila sus referencias al Archipiélago. A la vista de la información complementaria que ofrece, inédita en su época, no cabe duda de que Abreu Galindo debió de ser un personaje que gozó de acceso privilegiado a diversos archivos de suma importancia, destacando entre todos el perteneciente a la familia Herrera-Peraza, últimos titulares del Señorío de las islas de Canaria.

Nos encontramos, de hecho, ante una primera y auténtica historia del Archipiélago, pues la obra no solo se dedica a pormenorizar la diacronía de la conquista, enriqueciendo la aportación de las crónicas primitivas mediante la incorporación de notables narraciones sobre hechos puntuales, sino que también ofrece una extensa y valiosísima relación etnográfica sobre el mundo indígena, referencia habitual de estudios posteriores. Además, la Historia del supuesto fraile incluye detalladas apreciaciones sobre la geografía canaria, finalizando con una curiosa disertación sobre la existencia de la mítica isla de San Borondón.

No obstante, hay que advertir que el gusto barroco de la obra de Abreu Galindo juega a veces en contra de su veracidad, pues el autor tiende a idealizar las circunstancias en las que transcurren algunos pasajes. Así, por ejemplo, el fraile hace del enfrentamiento final entre el guerrero Doramas y el gobernador Pedro de Vera un combate singular entre iguales con conversión voluntaria del primero al cristianismo durante su agonía tras ser herido de muerte por el jerezano, cuando las demás fuentes que relatan este choque aseveran que el mismo se limitó a una refriega a cara de perro entre las huestes de uno y otro bando, y en la que Doramas solo pudo ser derribado mediante el ataque simultáneo de varios hombres de a pie y a caballo. Otro caso similar de distorsión histórica por parte del supuesto franciscano lo constituye el atribuir la unión entre el capitán portugués Diogo da Silva y María de Ayala, hija de los señores de Canarias, a un súbito enamoramiento del primero, cuando la mayoría de los testigos concurrentes en la pesquisa de Cabitos aseguraron que el señor consorte, Diego García de Herrera, había entregado la mano de su hija a Silva como rescate por la devolución de la torre de Gando, fortaleza que había caído en poder del portugués durante el ataque de este a las posesiones del Señorío, probablemente durante la transición de la década de 1460 a la de 1470.

Gonzalo Argote de Molina

Gonzalo Argote de Molina retratado por el pintor Francisco Pacheco, maestro de Velázquez, en su Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones. Este erudito sevillano es uno de los candidatos a encarnar la verdadera identidad de fray Juan de Abreu Galindo (fuente: Biblioteca Virtual de Andalucía).

Abreu Galindo: el misterio de un autor

La excepcionalidad de la obra de fray Juan de Abreu Galindo se acrecienta cuando admitimos no solo que apenas sabemos cosa alguna sobre la biografía del autor, aparte los escasos datos que él mismo quiso revelar –fraile franciscano andaluz, alumno del humanista Francisco de Támara–, sino que es posible que el presunto religioso ocultase su verdadera identidad.

En efecto, no se ha encontrado rastro alguno de la existencia del fraile en ningún registro público o privado, seglar o religioso, de la época en la que supuestamente vivió. A esta inexistencia de datos oficiales se suma el silencio de otros autores franciscanos canarios contemporáneos, quienes no llegan a mencionar en sus obras a ningún colega que estuviese redactando una historia de la conquista; pero es que además el propio Abreu Galindo, siendo miembro de la Orden de san Francisco según el subtítulo de la obra, nunca llega a expresarse como tal a lo largo de su Historia. De hecho, las alusiones a su presunta profesión adolecen de cierta lejanía referencial, más propia de un seglar que de un religioso.[1]Véase CEBRIÁN (2007), pp. 110-113.

En tiempos relativamente recientes se ha llegado a la conclusión de que Juan de Abreu Galindo es el pseudónimo de un autor interesado en esconder su verdadera identidad, persona de alto nivel cultural, experto en genealogía y diestro en el manejo de archivos, que debió de fallecer antes del ataque y ocupación de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria por la armada holandesa del vicealmirante Pieter van der Does, incursión que tuvo lugar en 1599 y que, a pesar de su notoriedad, no quedó registrada en la historia del supuesto franciscano.

De entre los nombres candidatos a encarnar la verdadera identidad del fraile destacan dos: el del médico gaditano Alonso Fiesco, propuesto por el profesor José Barrios García, y el del erudito sevillano Gonzalo Argote de Molina, defendido por el investigador José Antonio Cebrián Latasa (Zaragoza, 1942 – Santa Cruz de Tenerife, 2007), quien no hace sino desarrollar una hipótesis planteada más de veinte años antes por el Dr. Lothar Siemens Hernández.[2]Véanse BARRIOS (1995 [1989]), CEBRIÁN LATASA (2008) y SIEMENS (1988-1991), quien, además, mostró una curiosa relación de anagrama entre los nombres de Argote de Molina y Abreu Galindo. Al margen de esto, Cebrián Latasa aportó la posibilidad de que el supuesto pseudónimo designase a un equipo de trabajo formado por Argote de Molina y el abogado grancanario Luis Melián de Betancor, firmante de otra obra, menor en cuanto a su extensión pero no en lo tocante a su valor: El origen de las islas de Canaria.[3]Véanse BARRIOS (1995 [1989]), pp.122-124, y CEBRIÁN (2008), pp. 46-51. . Otra hipótesis sobre la verdadera persona de nuestro autor data de 1995, propuesta por el profesor rumano Alejandro (Alexandre) Cioranescu (Moroeni, 1911 – Santa Cruz de Tenerife, 1999), quien defendía que Abreu Galindo fue el nombre seglar de fray Juan de San Francisco, provincial de la Orden franciscana en Canarias en torno a 1560-1563[4]CIORANESCU (1995)., y de quien sabemos que tuvo en su poder al menos un manuscrito de la crónica de la conquista de Gran Canaria atribuido a Alonso Jáimez de Sotomayor, alférez mayor de la campaña, conclusión a la que también llegaría, en 2004, el profesor Antonio Rumeu de Armas (Santa Cruz de Tenerife, 1912 – Madrid, 2006), sin mención al precedente de Cioranescu[5]RUMEU DE ARMAS (2004)..

Fragmento de la copia realizada por el licenciado Juan Núñez de la Peña (s. XVII-XVIII) de la Historia de fray Juan de Abreu Galindo, recientemente recuperada y conservada en el Centro de Documentación de Canarias y América (CEDOCAM), en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife (fuente: CEDOCAM).

Los manuscritos

De la obra original de Abreu Galindo, cuyo destino final nos es desconocido, tan solo disponemos en la actualidad de un número de copias realizadas entre los siglos XVII-XVIII que presentan ciertas diferencias en su redacción, de las cuales se encuentran localizadas hoy en día las siguientes:[6]BARRIOS (1995), pp. 114-121; CEBRIÁN (2008), p. 29.

  • COPIA LACUNENSE (s. XVII, Biblioteca de la Universidad de La Laguna, signatura Ms. 42 (3)):
    • Manuscrito sin título, incompleto y falto de algunos folios.
    • Copista anónimo.
    • Posiblemente sea la copia más antigua conservada del original.
  • COPIA NÚÑEZ DE LA PEÑA (s. XVII-XVIII, Centro de Documentación de Canarias y América, signatura FA CAN NUÑ 964):
    • En la portada: Conquista de las Canarias compuesta pr. fr. Juan de Abreu Galindo. esta escrita de letra de Juan Nuñez de la Peña, y lo q. le falta se lo llebó Dn. Jph Viera a quien presté este manuscrito [ROTO] de su historia.
    • Copia realizada por el genealogista e historiador tinerfeño Juan Núñez de la Peña, mencionada por Barrios García y Cebrián Latasa,[7]BARRIOS (1995), p. 115; CEBRIÁN (2008), pp. 28-29. dada por este último como «desaparecida e inalcanzable».
    • Nos fue referida su reciente recuperación y conservación en los fondos del CEDOCAM mediante comunicación personal del profesor José Barrios García, quien a su vez había recibido esta noticia del investigador Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña durante la celebración de los XXI Coloquios de Historia Canario-Americana (2014).
    • En consonancia con el título, en la copia digital que solicitamos al CEDOCAM, hemos podido comprobar que del libro I falta casi todo el capítulo IX y el principio del capítulo X; y del libro III, falta el final del capítulo XXVI, folios que, en consonancia con lo afirmado en su portada, debieron de quedar en manos del historiador ilustrado José de Viera y Clavijo.
  • EXTRACTO MARÍN DE CUBAS (s. XVII, Archivo de El Museo Canario):
    • Extracto-resumen anotado, contenido en el llamado Códice Marín, realizado por el historiador grancanario Tomás Marín de Cubas y que serviría de apuntes para la confección de su Historia de las siete islas de Canaria.[8]BARRIOS (2008).
  • COPIA DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL CENTRAL DE SANTA CRUZ DE TENERIFE (d. 1676, Biblioteca Municipal Central de Santa Cruz de Tenerife, signatura Ms. 191):
    • Historia de la conquista de las siete Yslas de Gran Canaria escrita por el R. Pe. Fray Juan de Abreu Galindo del orden de el Patriarca San Francisco, hijo de la Provincia del Andalucía, año de 1632.
    • Posiblemente preparada para su edición e incompleta.
    • Realizada por dos amanuenses anónimos.
  • COPIA AMAT DE TORTOSA (1775-1787, Biblioteca Municipal Central de Santa Cruz de Tenerife, signatura Ms. 5):
    • Historia de la conquista de las siete Yslas de Canarias, escrita pr. el Rdo. Pe. F. Juan de Abreu Galindo del orden de S. Francisco, hijo de la Provincia de Andalucia. Año de 1632.
    • Copia incompleta de la mano del teniente coronel Andrés Amat de Tortosa.

El título de algunas de estas copias señalan 1632 como el año en que el presunto fraile compuso su Historia, pero a la vista de lo observado anteriormente respecto del ataque de Van der Does a Las Palmas de Gran Canaria es obvio que debe de tratarse de un error, a menos que estemos dispuestos a admitir que Abreu Galindo fuese un personaje real que hubiese abandonado Canarias antes de dicha agresión y compusiese o rematase su obra fuera del Archipiélago.

Ediciones recomendadas

Personalmente, consideramos muy recomendable la adquisición y lectura de la edición prologada y anotada por el profesor Alejandro Cioranescu en el año 1955, reeditada en 1977, y publicada por Goya Ediciones, esta última disponible en modalidad de préstamo digital. Sin embargo, existen ediciones más antiguas elegibles para su libre descarga, ofrecidas por Memoria Digital de Canarias:

Merece también destacar la edición inglesa publicada en 1764 por el marino y comerciante escocés George Glas, reeditada póstumamente dos veces en 1767, en Londres y en Dublín, que en realidad no se trata, ni mucho menos, de una traducción fiel e íntegra, sino de una suerte de síntesis comentada de la obra, pero cuyo mérito innegable es ser la primera por la que el gran público tuvo conocimiento de la existencia del valiosísimo trabajo de nuestro enigmático fraile.

Agradecimientos

Desde estas líneas, queremos agradecer al profesor José Barrios García sus valiosos comentarios, correcciones y sugerencias al presente artículo.

Antonio M. López Alonso

Referencias

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