Esenciales (II): Le Canarien - Crónicas francesas de la conquista de Canarias

Portada del primer tomo de la edición de 1959 de Le Canarien, realizada por los profesores Elías Serra Ràfols y Alejandro Cioranescu (fuente: Biblioteca Virtual IECan).
Le Canarien (El Canario) es la más antigua de las crónicas canarias conocidas. Escrita originalmente hace más de seiscientos años, se trata del primer relato específica y casi enteramente dedicado a la conquista europea del Archipiélago. Sus autores iniciales, dos religiosos franceses: Jehan Le Verrier y Pierre Boutier, capellanes de la expedición de conquista armada en 1402 por el barón normando Jehan IV de Béthencourt y su socio, el caballero pictavino Gadifer de La Salle, como ellos mismos se encargan de admitir:
[…] Gadifer de La Sale y Jehan de Béthencourt, caballeros naturales del reino de Francia, han emprendido este viaje para honra de Dios y para mantenimiento y aumento de nuestra santa fe, a las partes del Mediodía, a ciertas islas que están hacia aquel lado, que se llaman las islas de Canaria habitadas por gentes infieles de diversas leyes y de diferentes lenguajes, […] con la intención de convertirlas y de atraerlas a nuestra fe; y por esto este libro se llama el Canario. Y nosotros, fray Pierre Boutier, monje de Saint-Juoin-des-Marnes y el señor Jehan Le Verrier, presbíteros y capellanes y servidores de los caballeros nombrados más arriba, hemos empezado a poner por escrito todas las cosas que les acontecieron desde su principio y toda la forma de su gobierno, de lo cual podemos haber tenido verdadero conocimiento, desde que salieron del reino de Francia hasta […] que Béthencourt llegó aquí a las islas; y de allí en adelante vino la escritura en otras manos, que la continuarán con toda verdad, hasta el final de su conquista.
Le Canarien (texto G) –SERRA (1964), pp. 14-16–.
Lo cierto es que esas otras manos no fueron tan veraces como esperaban los autores primigenios. De hecho, desaparecido el original u originales, las dos copias más antiguas que se conocen de este relato son perfectos ejemplos de manipulación hagiográfica.