San Marcial del Rubicón: Ensayo de un drama
Et demourerent euls et ceuls de l’isle Lancelot en bon accord. Apres commencerent un chastel qui s’apelle Rubicom, et laisserent la une partie de leurs gens;
Y quedaron bien acordados ellos y los de la isla de Lanzarote. Después empezaron un castillo que se llama Rubicón, y dejaron allí parte de sus gentes;
Le Canarien (texto G) –SERRA (1964), pp. 24-25–.
Sus protagonistas nunca llegaron a saberlo. Probablemente tampoco lo hará la mayoría de los cientos de turistas que semanalmente se tienden al sol a tan solo unos pasos de distancia. Pero sobre la arenosa desembocadura de este humilde barranquillo se llevó a cabo, hace más de seiscientos años, un experimento de gran trascendencia histórica.