
Fragmento del manuscrito COL MAN 1, [libro III, cap. X], f. 221(201)r (fuente: archivo y biblioteca de la Casa de Colón –Las Palmas de Gran Canaria–).
La dificultad que entraña encontrar nuevas fuentes narrativas o documentos públicos que versen sobre la conquista de las Islas Canarias, y que además ayuden a iluminar las zonas oscuras que abundan a lo largo de este complejo periodo histórico, se compensa a veces con el hallazgo de pequeñas joyas informativas como las dos que presentamos en este artículo.
Ambas se insertan en el inédito manuscrito COL MAN 1, conservado en el archivo y biblioteca de la Casa de Colón –Las Palmas de Gran Canaria–, y que fue adquirido de manos de un anónimo particular en el año 2020 por el Cabildo de Gran Canaria, y presentado al público en 2021. El volumen, como explicamos en nuestro anterior artículo, contiene una versión ampliada por su autor, fray José de Sosa (1646-p. 1730?), de su Topografía de la isla afortunada Gran Canaria.
¿Una crónica o historia perdida?
La primera de estas novedades es la referencia a lo que parece ser una de las crónicas o historias perdidas sobre el archipiélago. Su contexto es el siguiente fragmento, en que, consignando el asalto de Morat Rais –hispanizado Morato Arráez– a Lanzarote en 1586, supuestamente en represalia por las incursiones sobre Berbería que orquestaba el marqués de la isla, don Agustín de Herrera y Rojas (?-1598), Sosa apunta que el corsario otomano[1][Libro III, cap. X], f. 221(201)r.:
Cautivó más de siento, y sesenta personas, y entre ellas a la marquesa doña Cathalina Benites de las Cuebas, primera esposa de el dicho don Augustín de Herrera y Rojas, y doña Cathalina de Aiala, hija de el marqués mesmo, que después cassó con Gonçalo Argote de Molina. Costole al marquez el resgate de su muger, y hija quinçe mil ducados.
Esta información, que no encontramos en ninguna otra de las crónicas e historias canarias de la época conocidas, la respalda Sosa con la siguiente referencia bibliográfica en una nota al margen:
Conquist[a] de Canar[ias], cap. 9, fol. 496.
No conocemos ninguna Conquista de Canarias contemporánea al historiador franciscano que hable del asunto ni contenga al menos 496 folios o, siquiera, páginas, dado que en la época también se usaba el primer término para aludir indistintamente al segundo. Por tanto, cabe suponer que Sosa se refiere a una fuente hoy perdida, tal vez una de las atribuidas respectivamente a los doctores Antonio de Troya y Alonso Fiesco, o incluso, aunque es improbable que se citase a sí mismo, la que preparó el mentado Gonzalo Argote de Molina, como decimos, todas en paradero desconocido a día de hoy.
Hita manira cura
A pesar de la incontestable abundancia de vocablos de la antigua lengua canaria –denominados genéricamente guanchismos– presentes en la toponimia del archipiélago, el secular olvido de sus significados, unido a la escasez de frases o expresiones completas de uso común traducidas, y a la inexistencia de léxicos y otras monografías contemporáneas que las esclarezcan semántica y gramaticalmente, hacen muy difícil la recuperación científica de este patrimonio cultural. Sin embargo, no anda perdida la esperanza de encontrar algún día una piedra Rosetta que ayude a desenterrar y resucitar las voces que decenas de generaciones canarias de antaño usaron y moldearon durante al menos milenio y medio en su cotidianidad para dar forma y sentido al universo que habitaban, en lo terrenal y en lo espiritual.
De momento, no tenemos más remedio que conformarnos con los retales de toda aquella rica urdimbre, invariablemente distorsionados por la impronta del filtro colonial, y la erosión causada por el tiempo y la evolución de usos y costumbres. Hoy presentamos nuestro descubrimiento de uno de estos esperanzadores restos, de nuevo, en la obra arriba citada.
En el tercer capítulo del tercer libro[2]f. 185(177)r. de la versión extendida de la Topografía de Sosa, el autor reproduce un texto, procedente de su primera redacción, que describe una costumbre de los antiguos grancanarios, ya conocida por constar en otras fuentes documentales:
Si tenían falta de agua para sus panes [sic, cultivos], la pedían a Dios, por medio de personas recogidas, y de buena vida; las quales salían de sus cassas, en que estaban cerradas, y guardaban puresa, y castidad; a unos lugares altos, diputados, para estas petiçiones. Estos eran dos riscos inasessibles uno llamado Tirma, y otro Magro […]
Pero en una nota marginal añade una precisión que el propio Sosa indica, mediante llamada, que hay que insertar justo tras la palabra petiçiones:
[…] unas veses, y otras veces a el mar. Al qual dando con unas varas debotamente de[ç]ían Hita manira cura «Señor danos agua» y las más veces mirando Dios su inosencia les socorría liberal y piadoso.
Es patente que Sosa, fraile franciscano, trata aquí de apuntalar el discurso, disperso a lo largo de su obra, en pro de que los antiguos canarios no eran idólatras, sino gentiles –paganos–, interpretando el antiguo ritual como una rogativa hacia un ser supremo carente de representación imaginera, que los inocentes devotos no estaban capacitados en ese entonces para identificar en su plenitud por no haber recibido aún las enseñanzas evangélicas.

Fragmento del manuscrito COL MAN 1, [libro III, cap. III], f. 185(177)r (fuente: archivo y biblioteca de la Casa de Colón –Las Palmas de Gran Canaria–).
Desafortunadamente, el padre Sosa no explicita la procedencia de su información, lo que dificulta aún más el otorgarle autenticidad o corrección a su testimonio. No obstante, y con independencia de los análisis filológicos y lingüísticos que puedan llevarse a cabo sobre este particular, y que no somos competentes para abordar por nuestra cuenta, conviene advertir que, al margen de la consabida distorsión que debió de introducir la hispanización de los fonemas autóctonos, la segmentación de los vocablos que componen la expresión sobredicha también puede hallarse alterada.
Así, y solo a título de sugerencia, la palabra aman –agua–, común a los dialectos tamazight continentales, aparenta estar presente en la segmentación reformulada hit aman ira cura. Además, la ’h’ inicial no debe entenderse muda, sino aspirada, como era costumbre en la época y, por ende, en los escritos de fray José de Sosa.
Animamos a los especialistas a dejar en nuestro apartado de comentarios sus interpretaciones y observaciones.

5 comments on “Una nueva frase en lengua canaria y referencia a una «Conquista de Canarias» inédita”