CRONOLOGÍA

• La orden responde a la queja de los gomeros, que habían hecho escala en Gran Canaria transportados por el obispo Juan de Frías, el deán Juan Bermúdez y el capitán Juan Rejón a bordo de la armada conquistadora, y que, desde entonces, estos comandantes no habían querido llevarlos a La Gomera.
• La reina ordena que se facilite el transporte de estas personas a La Gomera, abonándoles los fletes correspondientes y, además, las pone bajo la protección de la corona.

La confirmación agradece los buenos servicios prestados por los vecinos en la defensa de la Isla contra Henrique de Portugal y Maciot de Béthencourt.

Especulación

La toma de posesión del Señorío la efectuó Adrián de Benavente en agosto de 1455. Por tanto, probablemente el matrimonio Herrera-Peraza se trasladó a las Islas a finales de ese año o en 1456.

• En el auditorio de la plaza de Cuéllar se presenta Gutierre de la Peña, procurador de Diego de Herrera, quien a la vez actúa en nombre de Inés Peraza, y pide al licenciado Pedro González de Taranco que dicte sentencia respecto del pleito que mantienen sus representados contra Maciot de Béthencourt.
• Taranco falla a favor de Inés Peraza puesto que Béthencourt no había respetado el derecho de tanteo de Guillén de las Casas sobre la venta de Lanzarote y además la había vendido a una persona –el infante dom Henrique de Portugal– que no era súbdita de la Corona de Castilla.
• El derecho de tanteo prescribía a los cien días de su notificación. En ese plazo, el precio de la Isla debía pactarse entre dos personas, cada una elegida por cada parte. Prescrito el derecho, Béthencourt podía disponer de la Isla salvo enajenarla o venderla a persona no sujeta al rey de Castilla.
• El juez condena a Béthencourt, en rebeldía y contumacia, a las costas del proceso así como a abonar las rentas devengadas desde que vendió la Isla a Henrique de Portugal, para lo cuál Taranco designaría a dos personas que evaluarían dicho importe.

• Fallecido Diego de Herrera, Inés Peraza otorga en Sevilla el mayorazgo del señorío de las islas de Canaria a su hijo segundo Fernán Peraza, despojando de ese derecho al primogénito Pedro García de Herrera, intención que ya figura en el poder que otorgó Diego de Herrera a su esposa en 1480 (ver entrada) y en su propio testamento, según asegura la propia Inés Peraza, ya que no se ha encontrado copia del mismo.
• Acusa a Pedro García de Herrera de ingratitud, de querer apoderarse del Señorío en connivencia con los vasallos y de intentar prenderles y matarles a ella y a su marido. Por ello, los señores mandaron prenderle.
• Dispone que el mayorazgo se transmita preferentemente por vía masculina o directa. Si Fernán Peraza falleciese sin descendencia, que los siguientes en recibirlo sean sus otros hijos en este orden: Sancho de Herrera, María de Ayala y Constanza Sarmiento. Si el mayorazgo se transmitiese por vía femenina, el varón con el que casase la heredera deberá portar las armas y el apellido de los Peraza a la derecha de los suyos.

Observación

• Nótese que la otorgante sigue alegando derecho al Señorío de las islas de Canaria a pesar de que los Reyes Católicos le habían expropiado el derecho a conquistar las islas insumisas en 1477.
• Reivindica expresamente las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, El Hierro y todas las otras que de derecho e ación tengo a ellas.

• Inés Peraza declara que Juan de Pineda es su primo.
• Le autoriza, entre otros poderes, a delegar su representatividad en otras personas y vender mercancías y orchillas.
• Escribano y testigo: Juan Rodríguez de Vallecillo, de Sevilla. Otros testigos: Diego Álvarez, escribano de Sevilla.

• Es uno de los episodios de la conquista señorial más dramatizados en las crónicas e historias, hasta el punto de que algunos expertos han dudado de su veracidad. No obstante, está constatada la presencia de Diogo da Silva en Canarias y su relación con Diego de Herrera así como la existencia de toponimia relacionada con el primero en Gran Canaria. Desafortunadamente, no se ha encontrado documentación relativa a este suceso más allá de lo narrado en las crónicas e historias conocidas aunque, de ser verídico, es probable que el rey Manuel I de Portugal hubiese tenido constancia detallada del mismo pues Diogo da Silva fue ayo del monarca y este le premió con el título condal de Portalegre, entre otros hechos, precisamente por haber tomado parte en la conquista de Canarias.
• La dramatización, destacada en el diálogo que mantienen Guanarteme el Bueno y Diogo da Silva, aumenta conforme las fuentes realizan nuevas interpretaciones del mismo, culminando en la barroca versión ofrecida por Leonardo Torriani, no exenta de aspectos etnográficos interesantes.