CRONOLOGÍA

• Fallecido Diego de Herrera, Inés Peraza otorga en Sevilla el mayorazgo del señorío de las islas de Canaria a su hijo segundo Fernán Peraza, despojando de ese derecho al primogénito Pedro García de Herrera, intención que ya figura en el poder que otorgó Diego de Herrera a su esposa en 1480 (ver entrada) y en su propio testamento, según asegura la propia Inés Peraza, ya que no se ha encontrado copia del mismo.
• Acusa a Pedro García de Herrera de ingratitud, de querer apoderarse del Señorío en connivencia con los vasallos y de intentar prenderles y matarles a ella y a su marido. Por ello, los señores mandaron prenderle.
• Dispone que el mayorazgo se transmita preferentemente por vía masculina o directa. Si Fernán Peraza falleciese sin descendencia, que los siguientes en recibirlo sean sus otros hijos en este orden: Sancho de Herrera, María de Ayala y Constanza Sarmiento. Si el mayorazgo se transmitiese por vía femenina, el varón con el que casase la heredera deberá portar las armas y el apellido de los Peraza a la derecha de los suyos.

Observación

• Nótese que la otorgante sigue alegando derecho al Señorío de las islas de Canaria a pesar de que los Reyes Católicos le habían expropiado el derecho a conquistar las islas insumisas en 1477.
• Reivindica expresamente las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, El Hierro y todas las otras que de derecho e ación tengo a ellas.

• Hijo de Pedro García de Herrera y Rojas, mariscal de Castilla y señor de Ampudia, y de María de Ayala y Sarmiento, señora de Ayala. Hermano del primogénito y también mariscal de Castilla Garci López de Ayala.
• Según Abreu Galindo, Diego de Herrera y su esposa Inés Peraza partieron hacia Canarias en 1444 cuando él tenía 27 años, lo que supone su nacimiento en 1417. No ofrece datos sobre su lugar de nacimiento, afirmando solo que era veinticuatro de Sevilla. El año inicial es incorrecto pues hasta al menos 1445, y posiblemente 1448, Inés Peraza seguía soltera, según la Pesquisa de Cabitos.
• La toma de posesión de Lanzarote por el representante señorial Adrián de Benavente no tuvo lugar hasta el 24 de agosto de 1455 (Pesquisa de Cabitos), lo que hace improbable un viaje del matrimonio a Canarias hasta después esa fecha.
• Contradictoriamente con la edad de 27 años, Abreu le adjudica a Herrera más de 70 años a la muerte de este en 1485. Probablemente quiso decir más de 60 años (68, si se da por buena la edad de 27 años que le atribuye en 1444).
• Posiblemente sea más fiable, por no requerir tanta precisión, la afirmación de Abreu de que Inés Peraza tenía algunos años menos que su esposo.

• Inés Peraza declara que Juan de Pineda es su primo.
• Le autoriza, entre otros poderes, a delegar su representatividad en otras personas y vender mercancías y orchillas.
• Escribano y testigo: Juan Rodríguez de Vallecillo, de Sevilla. Otros testigos: Diego Álvarez, escribano de Sevilla.

• Informan los Reyes que Pedro de Vera había ido con gente de caballo y de pie a La Gomera y prendido a todos los gomeros porque algunos de ellos habían matado a Fernán Peraza y los había ajusticiado. Y que a sus mujeres e hijos los cautivó y repartió entre él y Beatriz de Bobadilla, y entre escuderos, maestres de navíos y otras personas.
• Saben que en Canarias quedan gomeros esclavizados y ordenan a Maldonado que los libere y devuelva el importe de compra a sus dueños, además de enviar a la Corte un informe detallado de sus pesquisas.
• Informan que Pedro de Vera había depositado 500.000 maravedís para cubrir las devoluciones y que a Bobadilla le habían ordenado hacer lo mismo, por lo que encargan a Maldonado que se los requiera, y en caso de incumplimiento mandarán embargar los bienes de la viuda. 

• La orden es transmitida a las autoridades de la Corona de Castilla.
• Los obispos de Málaga y Canaria denunciaron que tras el pregón de liberación difundido por el mes de octubre de 1490, las personas que tenían en poder a los gomeros empezaron a venderlos (posiblemente a revenderlos) y a transportarlos a otros lugares.
• Se exige obligar a los infractores a entregar los cautivos a las personas designadas por los obispos.

Observaciones

• El obispo de Canaria, Miguel López de la Serna, había fallecido en octubre de 1490, mes del pregón de liberación según la carta.
• La orden dada a los obispos para efectuar las pesquisas y rescate de los cautivos fue emitida el 27 de agosto de 1490.

• La orden responde a la petición de ayuda formulada por Fernán Peraza, quien se queja de que algunos vecinos de La Gomera pretenden substraerse del Señorío y se niegan a entregarle las rentas y derechos que le corresponden, con el apoyo de Portugal, acogiendo y manteniendo a algunos súbditos de dicho reino.
• Se exceptúa a los gomeros del bando de Orón / Orone, que siempre fueron leales a la Corona de Castilla.
• Peraza pide ayuda para castigar y someter a los rebeldes.

• La orden responde a la petición de Juan de Frías, obispo de Rubicón, de liberar a los cautivos gomeros y ponerlos a su disposición para devolverlos a La Gomera.
• Los reyes ordenan a Juan de Aranda y Lope Sánchez de Villarreal investigar dónde se encuentran dichos gomeros, en especial en las villas de Jerez de la Frontera, Palos y Moguer, y averiguar los nombres de los vendedores y compradores, liberar a los cautivos que encuentren y entregárselos al obispo de Rubicón o a persona apoderada para recibirlos.
• Los compradores conservarán el derecho a reclamar a los vendedores el importe de sus esclavos.
• En caso de que los compradores no quisiesen revelar el paradero de sus esclavos, las autoridades podrán apresarlos hasta que entreguen estos.

• Orozco niega que sus representados –Pedro García de Herrera, Inés Peraza y Fernán Peraza el Mozo– ordenasen requisar las escrituras, pero que Diego García de Herrera, por obedecer la carta del Rey, había procurado recuperar diez escrituras en papel –ocho firmadas y signadas, y dos en papel simple sin firmar ni signar–, más dos cartas del rey Juan II de Castilla.
• Añade que Herrera no tiene ni sabe de más escrituras pero que se las haría llegar en caso contrario.

• Orozco se presenta en el domicilio de Cabitos, collación de Triana, a hora de completas, pero la esposa de este le comunica que se encuentra ausente en Sanlúcar de Barrameda.
• Orozco acompaña a un testigo, Antón de Soria, que no puede testificar a pesar de encontrarse presente el escribano encargado de dar fe de los interrogatorios.
• El procurador señorial advierte que tiene conocimiento de la presencia en Sevilla de un grupo de rebeldes de Lanzarote, opuestos al Señorío, y exige que no se les tome declaración.

• Se presenta a la audiencia de la hora nona con tres cartas de Juan II de Castilla:
  1. Orden de recibir a Juan Íñiguez de Atabe como secuestrador de Lanzarote.
  2. Orden de entregarle a Atabe todas las rentas y tributos señoriales de la Isla. 
  3. Orden de impedir la entrada de Maciot de Béthencourt en Lanzarote.
• Solicita copia de todos estos documentos para prevenir su destrucción, pérdida o robo.