CRONOLOGÍA

• Fallecido Diego de Herrera, Inés Peraza otorga en Sevilla el mayorazgo del señorío de las islas de Canaria a su hijo segundo Fernán Peraza, despojando de ese derecho al primogénito Pedro García de Herrera, intención que ya figura en el poder que otorgó Diego de Herrera a su esposa en 1480 (ver entrada) y en su propio testamento, según asegura la propia Inés Peraza, ya que no se ha encontrado copia del mismo.
• Acusa a Pedro García de Herrera de ingratitud, de querer apoderarse del Señorío en connivencia con los vasallos y de intentar prenderles y matarles a ella y a su marido. Por ello, los señores mandaron prenderle.
• Dispone que el mayorazgo se transmita preferentemente por vía masculina o directa. Si Fernán Peraza falleciese sin descendencia, que los siguientes en recibirlo sean sus otros hijos en este orden: Sancho de Herrera, María de Ayala y Constanza Sarmiento. Si el mayorazgo se transmitiese por vía femenina, el varón con el que casase la heredera deberá portar las armas y el apellido de los Peraza a la derecha de los suyos.

Observación

• Nótese que la otorgante sigue alegando derecho al Señorío de las islas de Canaria a pesar de que los Reyes Católicos le habían expropiado el derecho a conquistar las islas insumisas en 1477.
• Reivindica expresamente las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, El Hierro y todas las otras que de derecho e ación tengo a ellas.

La reanudación de la llamada Guerra de los CIen Años, con la contundente derrota francesa en Azincourt y la invasión inglesa de Normandía fueron probablemente las razones que motivaron el regreso de Jehan IV de Béthencourt a sus posesiones en suelo normando.

• De las Casas se presenta como señor de las islas de Canaria.
• En la confirmación no constan fecha ni lugar de la misma.

Observaciones

• Es un traslado sacado por Marcos Lusardo, escribano de cámara de Diego de Herrera, de los registros de Fernando de Párraga, escribano público de Fuerteventura.
• El traslado lo facilita Diego de Herrera a Esteban Pérez de Cabitos como respuesta a la orden dada por Fernando el Católico al hijo del primero, Pedro García de Herrera, para que devolviese las pruebas documentales confiscadas a los procuradores del Concejo de Lanzarote. Se desconoce si este traslado formaba parte de los documentos incautados o si Diego de Herrera le encargó una nueva copia a Lusardo.

Según el profesor José Peraza de Ayala, se trata de un bisnieto de Alfonso de las Casas.

Juan Martínez de Molina no se había presentado en persona a cobrar su sueldo la semana anterior.

• Nombramiento como procuradores, embajadores y mensajeros.
• Con potestad para solicitar préstamo en Castilla de hasta 15.000 maravedís, y para nombrar procuradores sustitutos.
• Testigos: Juan de Alanis, Juan de Mayorga y otros.
• Escribano: Juan Ruiz de Zumeta.

Observación

• La carta de fe lleva una fecha formalmente correcta, lunes 21 de agosto de 1475. En cambio, la carta de procuración está fechada incorrectamente el lunes 20 de agosto de 1475. Parece conveniente dar por buena la primera fecha y suponer que ambos documentos se firmaron el mismo día.

El gobierno tiránico de los señores de las islas de Canaria motivó que los vecinos de Lanzarote los denunciaran ante la corte castellana solicitando simultáneamente el paso a dominio realengo para la isla, lo que dio origen mediante comisión real a la llamada pesquisa de Cabitos.

Ordena que los documentos se entreguen al juez Esteban Pérez de Cabitos.

• La orden responde a la petición de Juan de Frías, obispo de Rubicón, de liberar a los cautivos gomeros y ponerlos a su disposición para devolverlos a La Gomera.
• Los reyes ordenan a Juan de Aranda y Lope Sánchez de Villarreal investigar dónde se encuentran dichos gomeros, en especial en las villas de Jerez de la Frontera, Palos y Moguer, y averiguar los nombres de los vendedores y compradores, liberar a los cautivos que encuentren y entregárselos al obispo de Rubicón o a persona apoderada para recibirlos.
• Los compradores conservarán el derecho a reclamar a los vendedores el importe de sus esclavos.
• En caso de que los compradores no quisiesen revelar el paradero de sus esclavos, las autoridades podrán apresarlos hasta que entreguen estos.